Soy operador de Steadicam — lo que básicamente significa que paso gran parte del día caminando hacia atrás con una cámara encima, intentando no tropezar con cables.

Trabajo con directores y DPs para lograr movimientos de cámara suaves y precisos que ayuden a contar la historia sin llamar demasiado la atención. Ya sea una persecución rápida o un momento íntimo y pausado, estoy allí para asegurarme de que el movimiento encaje (y quede bien, ya que estamos...)

Operar una Steadicam no es solo llevar un chaleco molón y parecer Terminator — se trata de equilibrio, timing, coordinación y mucha práctica. También hace falta una buena espalda. Y snacks.

En un mundo lleno de cortes rápidos e imágenes movidas, yo busco aportar algo de fluidez e intención. Para mí, la steadi es una herramienta para conectar técnica y narrativa — y hacer que todo parezca fácil, aunque no lo sea.

Y sí, pesa. No sé exactamente cuánto — la gente no deja de preguntármelo.